El delegado de Cultura, Alfredo Valdivia, ha presentado el documento con el experto, el periodista Miguel Blanco Martín.
El Archivo Histórico Provincial de Almería ha seleccionado en esta ocasión para presentar como documento del mes de diciembre un mensaje que envía el director general de Política Interior al gobernador civil de Almería con una relación de cantantes considerados conflictivos. El documento presentado por el delegado territorial de Cultura, Turismo y Deporte, Alfredo Valdivia, está fechado en Madrid el 22 de octubre de 1976.
Alfredo Valdivia ha recordado “que la llegada de la democracia en este país estuvo precedida por acciones de personas que lucharon por ella en el gobierno de Franco, entre las cuales se encontraban los cantantes y cantautores que se vieron vetados para celebrar con libertad sus conciertos”. Según ha precisado Valdivia, “el Archivo ha elegido este documento en diciembre coincidiendo con la reciente celebración de las elecciones para elegir a los diputados que conformarán el Parlamento Andaluz, “que es una institución surgida con el estado de las autonomías creado con la llegada de la democracia”, ha destacado el delegado.
En la presentación del documento del mes han acompañado al delegado la directora del Archivo Histórico Provincial, María Luisa Andrés Uroz y como experto para analizarlo, Miguel Ángel Blanco Martín, que vivió y participó en aquella etapa de este país.
Trabajó casi toda su vida laboral en el diario Ideal, en la redacción de Almería, y bastantes años como su responsable. Ha sido presidente de la Asociación de Periodistas, Jefe del departamento de Ciencias Sociales del Instituto de Estudios Almerienses, Premio Cabo de Gata, Premio Duna, etc. etc. Ahora, aunque jubilado, sigue como columnista en la Voz de Almería y en el Secreto del Olivo.
Blanco ha señalado que “la voz de los cantautores, casi siempre entre jóvenes estudiantes y jóvenes trabajadores, recorrió barrios y pueblos forjando la toma de conciencia, desde las emociones culturales, sociales y políticas al unísono, para esperar con entusiasmo el futuro libre y democrático que llegaba”.
Miguel Ángel Blanco ha hecho un amplio recorrido por los años 60 en los que los cantautores fueron los “protagonistas destacados en el movimiento de contestación al franquismo; la voz que une música y poesía con la canción-protesta”. Y en ese contexto, Blanco sitúa voces como las del cantautor Pablo Guerrero, que cantaba: “Tiene que llover, tiene que llover, a cántaros”, frente a la dictadura franquista; Mayo del 68 en Francia y la generación “beat”; en Estados Unidos, Joan Baez canta We shall over come (“Venceremos”) y Pete Seeger difunde las canciones de las brigadas internacionales en la guerra civil española. Blanco se refiere también a Latinoamérica como cuna de cantautores. “Desde Chile llega eterna la voz de Víctor Jara, asesinado tras el golpe de Pinochet; Atahualpa Yupanqui recorre el mundo con Preguntitas sobre Dios; Silvio Rodríguez, Pablo Milanés, Violeta Parra, Jorge Cafrune, alimentan la canción-protesta de Suramérica, y el grupo Quilapayún crea la canción-símbolo: El pueblo unido, jamás será vencido”.
Ya en nuestro país, Miguel Ángel Blanco destaca como principal referencia el papel y protagonismo de la canción Al Vent, del cantautor valenciano Raimon,” un himno para el antifranquismo”, ha afirmado Blanco. En esa referencia no se olvida a la poesía que inspira la canción-protesta, donde emerge pionera la voz de Paco Ibáñez (con Alberti: “A galopar, a galopar, hasta enterrarlos en el mar”). En Cataluña nace la Nova Cançó, con Pi de la Serra, Lluis Llach, autor de La Estaca, Guillermina Motta, Marina Rossell, María del Mar Bonet, Ovidi Montllor, La Trinca, Jaume Sisa. Y un joven Joan Manuel Serrat “que convierte en apoteosis su concierto sobre Antonio Machado en Madrid”, ha recordado Miguel Ángel Blanco.
Los barrios populares madrileños como Carabanchel, Pozo del Tío Raimundo o Vallecas, han sido objeto de recuerdo “porque en ellos hay voces de cantautores”, ha dicho Blanco refiriéndose al documento presentado esta mañana. Y en se sentido destaca a Luis Pastor (“Por mucho que a algunos pese, los tiempos están cambiando…”), Chicho Sánchez Ferlosio, Pablo Guerrero, Elisa Serna, Patxi Andion, Rosa León, Luis Eduardo Aute, Bibiano. Junto a ellos aparece el colectivo singular de La Mandrágora con Joaquín Sabina, Javier Krahe y Alberto Sánchez; los grupos Voces Ceibes (Voces Libres), La Bullonera y Vainica Doble, mientras que el poeta Juan de Loxa promueve Manifiesto Canción del Sur, en Granada, donde nace la voz de Carlos Cano.
En cuanto a Almería, “recluida en la periferia y bajo un control férreo del régimen, poco a poco empieza a despertar, siendo la Escuela Universitaria de Magisterio el principal escenario cultural para los nuevos tiempos en los que eran muy esperados recitales de los grandes cantautores del momento, el recital de cantautores frustrado el 6 de diciembre de 1975, con Franco ya desaparecido”, ha recordado Blanco Martín. Junto a Rosa León y Luis Pastor, la programación incluía a los cantautores almerienses Miguel Ángel Molina, Jimmy y Manuel del Arco y la censura no permitió la actuación de Rosa León y de Luis Pastor. “Pero Rosa León cantó finalmente el 12 de diciembre en Magisterio, ante mil quinientos jóvenes, en medio del entusiasmo cuando interpretó “Al alba” de Luis Eduardo Aute”.
Junto a ello el concierto de Aguaviva, con Qué cantan los poetas andaluces de ahora, en febrero de 1976, en el Colegio Stella Maris, entre gritos de ¡Amnistía, unidad y libertad!.
Según ha relatado el experto, el gobernador civil, Antonio Merino González, autorizó en febrero de 1976 el recital de Elisa Serna, con la advertencia de que no se permitirían disturbios, y a la que se unió la voz de Marina Rossell. Elisa Serna dedicó el recital “a los hijos de los vencidos”.
El cantautor almeriense Miguel Ángel Molina, vinculado a las Juventudes Comunistas, es la principal referencia de la canción protesta en Almería. Su primer recital fue en Chirivel, en 1971, con 16 años. Muy vinculado a la canción popular, fue el cantautor almeriense más prohibido. Y ha recordado cómo en Carmona, en 1976,”tuvo que salir corriendo al terminar un concierto, al ser avisado de que la guardia civil iba a detenerlo”.